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martes, 3 de enero de 2012

UNA VIDA EN FAMILIA (FELIZ)

No recuerdo la fecha concreta en la que empecé a vivir en pareja. Sí recuerdo que fue en Granada. Yo llevaba allí un curso entero viviendo con Natalie en un piso y en septiembre del segundo curso llegó Chema para empezar a buscar un piso nuevo.

Recuerdo la ilusión de la primera compra. Recuerdo que mi padre fue quien nos acompañó y ayudó los primeros días. Recuerdo lo que cenamos por primera vez solos. Cómo colocamos nuestras escasas pertenencias y como fuimos decorando y dando utilidad a cada rincón. Recuerdo también que nunca teníamos un “duro” y que los 10 euros que nos mandaba su abuela Rosario eran como oro para las tapas Granadinas. Recuerdo muchas cosas que escribiré en algun otro post. Pero en realidad escribía eso por otros motivos. Lo recuerdo como algo mágico y muy emocionante.

Ahora ya llevamos más de 5 años viviendo juntos. Ya somos un “todo” inseparable que pasa las vacaciones de navidad en duo. Que se reparte los fines de semana entre padres y suegros.

Y entonces, sin que nadie piense que esta situación no me gusta, (que una cosa no quita la otra) recuerdas, por un momento, como era tu vida en familia. En tu familia de la infancia.

Y me acuerdo de ser feliz con mis padres y mi hermano. Como luego llegó mi yayo y más tarde mi yaya. Como me gustaba que mi madre me cuidara cuando estaba malita. Como mi padre me daba un beso todas las mañanas antes de irse a trabajar al banco. Como mi hermano y yo nos peleábamos en el sofá. Como escuchábamos los 40 principales los sábados por la mañana en canal + descodificado y como me iba agenciando de todos sus gustos musicales (cosa que sigo haciendo).

Recuerdo cuando cambiábamos la ropa de temporada y el pasillo se llenaba de montones de prendas por colores. Recuerdo a mi padre bajar a fumar al trastero para disimular. Recuerdo ir a recoger a mi hermano al instituto con el seiscientos. Y lo sola que me sentí cuando se fue a estudiar a Valencia.

Recuerdo haber mimado a mi madre cuando tenía migraña y como haber ayudado a mi padre a elegirse una corbata.

Recuerdo el día que mi padre me enseñó la colección de “Mi pequeño País” que guardaba en una caja en Jaime I. Recuerdo cuando mi madre me daba alguna camiseta que se le quedaba pequeña y lo orgullosa que me sentía de llevarla. Recuerdo haber llorado cuando discutían y haber sonreído cuando mi padre me preparaba una merienda especial (pan con mantequilla y cacao). Recuerdo nuestra primera casa. Y de la mudanza a la nueva. De cómo un día llegué del colegio y me encontré con una habitación nueva sólo para mi. Recuerdo los bocadillos de mejillones de “chicas” y las arcadas con la tortilla de atún. Recuerdo las noches de manta y sofá todos apretados. Las partidas de Trivial y como mi madre me enseñó punto de cruz. Recuerdo a mi padre subir y bajar constantemente el volumen de las canciones que le gustaban. Recuerdo una nochevieja que pasamos los 3 disfrazados. Recuerdo la preparación de los carnavales y con que entusiasmo los vivía mi madre. Recuerdo también que me probaba sus anillos de la cajita de su mesita de noche. Recuerdo cuando elegimos el color del Volkswagen Polo en su cama de matrimonio. Recuerdo haberme probado el vestido que mi madre llevó en su boda y enfadarme porque me venía pequeño. Recuerdo que nos hemos atragantado muchísimas veces con el agua por alguna tontería dicha durante la cena o la comida. Recuerdo haberme acurrucado entre los dos en la cama cuando estaba medio pocha. Recuerdo haber despertado a mi hermano muchos días 6 de enero. Recuerdo también como planeaba mi madre con picardía las bromas que le gastaba a mi padre. Recuerdo la temporada que nos dejaron la cámara de video. Recuerdo muchas tartas de cumpleaños. Recuerdo que mi madre me llevaba en el 600 al cole y a ballet. Que los domingos poníamos el tocadiscos. Y que mi padre para demostrarme su cariño me tocaba la cabeza. Que mi madre y yo mirábamos álbums de fotos continuamente y nos leíamos el pensamiento en más de una ocasión.

…y así podría estar escribiendo libros y libros. Así que, ¿por que no? lo continuaré en otra edición.

Es triste que esto esté escrito en pasado, pero hay que recordar que debemos vivir el presente. Y lo mejor de este “presente” es que muchas cosas de las que recuerdo, seguimos haciéndolas juntos.

Recuerdo que fuimos y somos felices los 4, y que sois la mejor familia que he tenido y tendré nunca.

Os quiere, Lucía.